Resaltar la importancia de la psicomotricidad en las primeras etapas de la vida escolar. Este fue el objetivo central de una nueva versión del “Encuentro de Psicomotricidad de Educación Parvularia”, protagonizado por más de 500 estudiantes pertenecientes a los colegios, liceos y jardines infantiles de la Corporación Municipal de La Florida (Comudef).
Desde el Área de Educación, a través de su unidad extraescolar, explicaron que estas actividades sirven para que el niño no sólo potencie su aprendizaje académico, sino que también, para que fortalezca su personalidad y autonomía en el quehacer diario.
Otro de los beneficios que trae asociada la psicomotricidad, es que combate de forma directa el sedentarismo y, al mismo tiempo, se crea conciencia respecto a los nocivos efectos que tiene una mala alimentación y la falta de deporte.
Sin ir más lejos y en un escenario en el que Chile presenta una de las tasas infantiles de obesidad y sobrepeso más alta del mundo, promover un estilo de vida saludable y activo es clave a medida que las personas llegan a la edad adulta. Pues, de esta manera, se disminuyen las posibilidades de contraer enfermedades cardiovasculares, hipertensión y diabetes, entre otras.
“La incorporación de la psicomotricidad en los establecimientos de la comuna, está ayudando a los estudiantes tanto a nivel físico como sicológico. Es importante trabajarla en las actividades extraescolares y así cumplir con la labor de potenciar habilidades básicas que son las que requieren nuestros alumnos, sobre todo los más pequeños”, puntualiza el jefe del Área de Educación de la Corporación Municipal de La Florida (Comudef), Juan Minchequeo.
Niveles de intervención
La psicomotricidad tiene tres áreas fundamentales a nivel de intervención, entre las que se encuentran una motriz, otra física y una emocional. En este sentido, la terapeuta ocupacional de la Universidad Andrés Bello, Natalia Flores, explica que estas tres variables “son interdependientes, por lo que los psicomotricistas creemos que, través del movimiento, podemos indagar en nuestras emociones y lo que nos pasa cognitivamente. Es por eso que una actividad motriz siempre va a impactar en estas áreas. Y específicamente en el desarrollo cognitivo podemos potenciar desde las habilidades más simples como la atención y la memoria, hasta las más complejas como el pensamiento”.
“Por eso el movimiento, sobre todo en los niños, es tan importante. Permite explorar, conocer, sentir, resolver, pensar y, lo más importante, desarrollarse como ser humano de forma integral”, complementa Flores.
Experiencias innovadoras
Otros profesionales que trabajan la psicomotricidad, explican que a partir del movimiento, los niños adquieren conciencia de su propio cuerpo, desarrollan grados crecientes de autonomía y fortalecen su identidad.
“Descubren su entorno, expanden sus procesos de pensamiento, resuelven problemas prácticos, establecen relaciones de orientación espacio temporal y potencian su expresión”, explica la coordinadora técnica comunal de Educación Parvularia de la Comudef, Isis Morales, quien agrega que “estos encuentros de psicomotricidad resultan fundamentales para generar las condiciones donde el niño, a través del juego, se exprese con libertad, aprecie su cuerpo resguardando el autocuidado, explore activamente el espacio, descubra sus potencialidades y recursos corporales”.
El juego en educación parvularia es un concepto central, ya que cumple un rol impulsor de funciones cognitivas superiores, como la afectividad, la socialización y de la adaptación creativa de la realidad. En concreto, es la expresión de desarrollo, aprendizaje y, a la vez, una condición para el logro de éstos.
