Corporación Municipal de La Florida: un tercio de vida de los 123 años de la comuna otorgando salud y educación territorial
La comuna de La Florida, hoy, 28 de noviembre, está de aniversario y, en esta nota, repasamos parte de la historia de la Corporación Municipal, institución que ha aportado un tercio de la vida de esta zona del suroriente de Santiago. Pura memoria y emoción.
En la actualidad, cuando alguien llega a Serafín Zamora 6600, a pasos de la Casa de la Cultura y a metros de la calle Alonso de Ercilla, es posible divisar un silo, esa icónica construcción llena de recuerdos campestres y que, al ser un lugar seco, permite guardar el trigo u otros granos, semillas o forraje. Esa estructura, “vigila” el frontis de la Corporación Municipal de La Florida (Comudef), como un testigo estampado en la memoria de quienes han formado parte o siguen siendo integrantes de esta familia institucional.
Al ingresar, llama la atención la amabilidad de quienes están en el portón de entrada. Con el pasar de los metros, los frondosos árboles, la casa colonial, el sonido de los pájaros, el soplar del viento y la sombra que generan los arbustos, generan un clima de paz y tranquilidad. Un lugar para trabajar que permite soñar con un mejor vivir para los vecinos y vecinas que, en esta organización, depositan toda su esperanza a través de las direcciones de Salud y Educación de la comuna.
Con todo esto, hoy, 28 de noviembre, La Florida cumplió 123 años de vida. Más de un siglo en el que se han tejido una serie de vivencias y se han enarbolado un sinnúmero de historias que han quedado archivadas en los libros del recuerdo. En 1899, cuando la comuna fue fundada, campesinos cultivaban y cosechaban en la tierra. Era en pleno auge del siglo XIX.
La migración del campo a la ciudad y de la expansión de Santiago, provocó, desde 1940, que la comuna comenzara a poblarse, especialmente los sectores de Avenida Walker Martínez, Avenida Vicuña Mackenna, Avenida Rojas Magallanes, y Avenida La Florida. En 1950, con las primeras villas y a través de una serie de proyectos inmobiliarios, la comuna comenzó a adquirir el carácter de “comuna dormitorio”.
En la actualidad, en el Paradero 14 de La Florida, uno de los puntos más emblemáticos de Santiago, en plena Navidad, han transitado 5 mil personas por hora (de acuerdo a datos entregados por la Dirección de Tránsito de la Municipalidad). Gente de varios sectores de la capital. Y claro, los miles de floridanos y floridanas que se trasladan de un lado a otro, para trabajar, dejar a sus hijos en los liceos y colegios y para desarrollar diversas tareas del quehacer cotidiano. Y a pasos de este hito urbano, se encuentra la Corporación Municipal de La Florida, más conocida como Comudef.
40 años de salud y educación
Esta institución, de los 123 años que posee La Florida, ha aportado -a la fecha-, 40 años, mediante la administración de las direcciones de Educación y Salud de la comuna. En concreto, se trata de 27 liceos y colegios municipales, 9 Cesfam y 15 jardines infantiles. Todos estos recintos, dan vida e historia y llenan de luz esas cuatro décadas de logros y de testimonios de cómo una institución que aborda temáticas claves para el diario vivir de las personas.
Como antecedente clave, para conocer los orígenes legales de la Corporación Municipal de La Florida, hay que viajar en el tiempo y situarse en la memoria anual de 1982: “La Municipalidad de La Florida, optó por crear una Corporación Privada sin fines de lucro, la que se genera con la aprobación de los estatutos por los socios el 4 de febrero de 1982; remitiéndose antecedentes al Ministerio de Justicia para la autorización correspondiente. Así, con fecha 1º de abril de 1982, se efectuó el traspaso de los establecimientos fiscales dependientes del Ministerio de Educación Pública a la Municipalidad de La Florida. La aprobación del Ministerio de Justicia que otorga personería jurídica a la Corporación Municipal de Educación, Salud, Cultura y Recreación de La Florida, fue publicada en el Diario Oficial del 4 de mayo de 1982”.
Un decreto que fue el comienzo de una historia donde, lo importante, ha sido entregar servicios para mejorar la calidad de vida a las personas, a través de soluciones tangibles y que, luego, se transforman en un recuerdo, una emoción. Algo, que, además, queda reflejado en el corazón de quienes han trabajado en esta corporación:
“Llevo 40 años en la corporación y, en la misma comuna, he estado trabajando 51 en total. Estaba en un colegio que hoy está enclavado en la Villa Los Copihues. Ahí comencé haciendo clases en unos buses, que estaban refaccionados para que fueran salas de clases. En la parte de atrás estaba el estante y, en el parabrisas, el pizarrón. Se les sacaban las ruedas a los buses y quedaban con los puros muñones y los niños pensaban siempre que estaban arriba de un bus real”, relata Jorge Cornejo (76), quien, actualmente, desempeña el cargo de coordinador de Educación Extraescolar de la corporación.
¿Qué sentimientos le evoca la Corporación Municipal? Cornejo señala que son la alegría, el amor y la tristeza. “Alegría, cuando logro conseguir cosas que realmente me satisfacen y que hacen que los niños se sientan bien y disfruten lo que están realizando, como los deportes”. Y cuando no logra conseguir algo, este profesor indica que la tristeza aparece cuando “no logro conseguir algo que deseo para mis alumnos, por ejemplo, los objetivos que me he trazado y que no dependen de uno como el sufrimiento que pueden tener en los hogares”. Frente al amor que le provoca la corporación, el histórico docente demuestra en su relato que la Comudef es como su segunda casa.
Estudiantes que alcanza sueños
Lo dicho por el profesor Cornejo, va en línea con los hitos destacados de la Dirección de Educación, por ejemplo, con el espíritu familiar que se vive en cada aniversario de los liceos, colegios y jardines infantiles o cuando los estudiantes alcanzan sus sueños, como cuando alumnos del Indira Gandhi, el 2016, participaron del lanzamiento al espacio del “Globo Inteligente”, el que alcanzó una altura de 30 mil metros y que voló cerca de 90 kilómetros recolectando datos completos de la atmósfera.
También, cuando los alumnos del Liceo Polivalente Municipal, ejecutan sus jornadas de hotelería emulando una atención en la vida real. Incluso, ese soñar con un mundo mejor, queda plasmado a través de la generación de conciencia ecológica, mediante una labor de arborización encarnada por los jóvenes del Liceo Nuevo Amanecer. Sin ir más lejos, ese prisma de bienestar educativo, se escribe también a través de la espontaneidad de los niños. La sala cuna y jardín Infantil El Naranjito, en plena pandemia de covid-19, planificó una estrategia para acercar a la comunidad en medio de la crisis sanitaria. Dicha intención quedó plasmada en un material audiovisual que reforzó la importancia de la unión de la comunidad educativa.
Hitos y memorabilidad
Un rol relevante que ejecuta la Comudef, tiene que ver con la implementación de buses de acercamiento, como cuando se traslada a los vecinos de ida y vuelta para que puedan tener más facilidad de acceso a la vacunación contra el covid-19 y la influenza. Esa coordinación, hoy la implementa Daniel Ulriksen (59), quien lleva 30 años en la corporación y quien señala cómo ha dado pasos de gigante la Comudef en tres décadas: “En el tiempo, nuestra institución ha crecido. Sobre todo, en la salud, con diversos servicios. Eso es un logro im portante para la comunidad. Se ha hecho una buena gestión. Se ha notado un cambio, con lo que esperamos que nuestra corporación sea una de las más grandes de Chile, en todos los términos”
Otra historia digna de elogio, la protagoniza Luis Dreyse (72), quien, con 40 años en la corporación, valora el Día del Profesor que se celebra a través de la Comudef, donde a lo largo del tiempo, se fueron generando redes de cercanía y colaboración. “He trabajado en actividades de educación extraescolar, que eran darles oportunidades a los chicos de participar en jornadas de deporte, arte, música, ciencias sociales y ciencias”, señala el encargado de Educación Extraescolar del Liceo Benjamín Vicuña Mackenna.
Acciones con rostro verdaderamente humano
Historias e hitos de máxima memorabilidad y que, unidos a las acciones que ha implementado la Dirección de Salud, dan cuenta del compromiso que tiene la Corporación Municipal de La Florida hacia todas las personas de la comuna y de todas las edades.
Y es que, tanto el alcalde Rodolfo Carter, como presidente del directorio de Comudef, le ha impreso un sello de empatía, compromiso, expertis y transparencia a la institución. Y por supuesto, estableciendo una genuina conexión entre lo que la organización “dice” ser y cómo “la perciben” realmente los vecinos y vecinas.
De ahí que acciones como la clínica ginecológica móvil, el camión dental, los operativos de complejo vitamínico B, los despliegues de vacunación contra el covid-19 y la influenza, las carpas de campaña de invierno para atender enfermedades respiratorias a nivel territorial, la ejecución hace algunos años del programa de cannabis medicinal, así como el médico a domicilio y el médico en tu barrio, dan cuenta de una excelsa labor por el prójimo, donde las personas no sean un número más, sino que sean seres con nombre y apellido.
En esa dimensión, en el Espacio Esperanza del estadio Bicentenario de La Florida, el vacunatorio contra el covid-19 más grande e icónico del país y en donde se han aplicado más de 1 millón 500 mil dosis contra el coronavirus, las opiniones de los vecinos y vecinas que vienen a recibir sus vacunas, es de plena confianza, sobre todo en Leonila González (97), quien fue la primera vacunada en La Florida en este centro de inoculación:
“Estaba tranquila ese 3 de febrero de 2021, llegué a las 7 de la mañana al vacunatorio. Encontré todo muy lindo el espacio y bastante amplio. Las niñas y, todo el personal, me atendió de maravilla. Toda la gente que ha trabajado ahí, se merece que Dios la bendiga”, comenta esta mujer.
Una clara muestra de la constancia, esfuerzo y profesionalismo que despliega la Corporación Municipal de La Florida ante el “silo vigilante” que está frente a la puerta de la Casa Central de nuestra institución, la cual, de cara al próximo año y a los que vienen, mantendrá una línea de trabajo territorial y cercanía hacia las personas. Y por supuesto, implementando acciones que le mejoren la calidad de vida a las personas. El desafío es grande, pero la Corporación Municipal a través de sus direcciones de Salud y Educación, se mantendrán dejando una huella imborrable en cada rincón a lo largo y ancho de toda la comuna. Los vecinos y vecinas, lo merecen por derecho propio.
Casona Patronal, fundo San Rafael y el silo
La actual “Casa Central” de la Corporación Municipal de La Florida, perteneció al fundo San Rafael. Este terreno se extendía desde Vicuña Mackenna Oriente hasta las cercanías de lo que hoy se conoce como Avenida La Florida. ¿Su primer propietario? Serafín Zamora. Esta casona colonial, data de 1870. En estos terrenos de dicho fundo, también hoy opera la Casa de la Cultura.
En estos lugares, funcionaron las cocheras, los silos (almacenamientos de trigo y que hoy mantiene su estructura), las bodegas y las caballerizas del antiguo fundo San Rafael, propiedad del propio Serafín Zamora, a quien hoy se recuerda con la calle que lleva su nombre.
Zamora fue uno de los más ricos e importantes hacendados de la zona.
Clases arriba de un bus sin ruedas: “Para los niños era como jugar”
Jorge Cornejo, quien en la actualidad desempeña el cargo de coordinador de Educación Extraescolar de la corporación, se refiere a las clases que realizaba sobre el bus sin ruedas. 40 años de trabajo en nuestra institución y que se mantienen frescos en la memoria: “Era muy fácil, mucho más que las salas de ahora. Había tres filas de bancos y estos eran individuales, antiguos. Para escribir, era la silla y el mesón juntos. Una silla que tenía un respaldo para la mano donde se tenía el cuaderno y debajo de la silla, se guardaban”.
“Los niños subían por delante, tal como hoy se hace en los buses. Y se bajaban por atrás cuando salían a recreo. Se abrían las puertas. Trabajamos con tizas y pizarrones verdes. Era simpático, eran otros tiempos, de más tranquilidad y para los niños era como jugar”, comenta Cornejo.
Y agrega: “Eran horas de 45 minutos pedagógicas, con recreos largos, para que pudieran moverse con más facilidad. Estar arriba de los buses motivaba a los estudiantes. Uno podía hacer algún juego, hasta conducir de manera ficticia. Antiguamente, las estrategias pedagógicas eran menos, pero los niños las visualizaban mejor. Hoy con las redes y cuanta cosa, hace que los niños sean menos creativos. La única forma de comunicación que había antes, era el pizarrón y a los niños les gustaba salir adelante”.
Desde la Corporación Municipal de La Florida, miramos al futuro desde un pasado que es una linda historia para todos quienes componemos esta maravillosa comuna. Una que, hoy, cumple 123 años de vida.