Promoviendo un ambiente de estudio saludable para niños y adolescentes: estrategias para potenciar el aprendizaje
“En primer lugar, es importante la asistencia regular a clases y la puntualidad como rutinas básicas para promover buenos aprendizajes y adherencia a los desafíos que plantea el currículum de cada asignatura. De esta forma se promueven actitudes y valores fundamentales como la responsabilidad, esfuerzo y resiliencia frente a los diferentes desafíos que plantea la vida”, señala Mireya Sánchez Vega, encargada de la Unidad Técnico Pedagógica del colegio Lo Cañas.
Asimismo, agrega, “es importante que la familia establezca horarios y una buena organización de los tiempos, a fin de que los y las estudiantes, adquieran estos aprendizajes y ello les permita planificar y asumir las exigencias académicas de buena forma, y desarrollen todos sus talentos. Ahora bien, las técnicas de estudio básicas sugieren organizar las materias de lo más simple a lo complejo. Utilizar claves de memoria para recordar conceptos, datos y fórmulas específicas. El mantener un horario diario fijo en el hogar para leer, repasar materias, preparar materiales y útiles para el día siguiente es imprescindible”.
Es crucial crear condiciones que les permitan concentrarse, motivarse y desarrollar sus habilidades de manera efectiva. En este contexto, tanto padres como educadores juegan un papel fundamental en el diseño de estrategias que promuevan el aprendizaje y el bienestar integral de los estudiantes. Aquí presentamos algunas recomendaciones para ayudar a los niños y adolescentes a potenciar sus habilidades de estudio y enfrentar sus primeros exámenes y controles con confianza:
1. Establecer rutinas y horarios: Es importante establecer rutinas diarias que incluyan tiempos específicos para el estudio, el descanso y la recreación. Definir un horario de estudio regular y respetarlo ayudará a los niños a organizarse y a mantenerse enfocados en sus tareas académicas.
2. Crear un espacio de estudio apropiado: Designar un lugar tranquilo y bien iluminado para el estudio, preferiblemente alejado de distracciones como la televisión o los dispositivos electrónicos. Este espacio debe estar equipado con todo lo necesario para trabajar cómodamente, como una mesa, una silla ergonómica y material escolar.
3. Fomentar la autonomía y la responsabilidad: Incentivar a los niños a que asuman la responsabilidad de su propio aprendizaje y organización. Esto implica enseñarles a planificar sus tareas, establecer metas alcanzables y evaluar su progreso de manera regular.
4. Promover el descanso y la alimentación saludable: Un buen descanso y una alimentación equilibrada son fundamentales para el rendimiento académico. Se recomienda que los niños duerman entre 8 y 10 horas por noche y que consuman alimentos nutritivos que les proporcionen la energía necesaria para enfrentar el día.
5. Estimular el interés por el aprendizaje: Fomentar la curiosidad y el interés por aprender es esencial para el éxito académico. Los padres y maestros pueden ayudar a los niños a descubrir nuevas áreas de interés, proporcionarles recursos educativos variados y estimular su creatividad y pensamiento crítico.
6. Apoyar emocionalmente: Es importante brindar apoyo emocional a los niños y adolescentes durante este período, especialmente si están experimentando estrés o ansiedad relacionados con el estudio. Escuchar sus preocupaciones, validar sus emociones y ofrecerles palabras de aliento puede ayudarles a sentirse más seguros y motivados.
En resumen, promover un ambiente de estudio saludable requiere un enfoque integral que abarque aspectos como la organización, la motivación, el bienestar físico y emocional. Al implementar estas estrategias, podemos contribuir al desarrollo académico y personal de nuestros niños y adolescentes, preparándolos para enfrentar con éxito los desafíos que les depara el año escolar.